Palabras envenenadas es una crónica de un día trepidante, vivido a
contrarreloj y protagonizado por tres personas cercanas a Bárbara
Molina, desaparecida misteriosa y violentamente cuando tenía quince
años. Un enigma que, después de cuatro años sin resolverse, va a verse
sacudido por nuevas claves. A veces, la verdad permanece oculta en la
oscuridad y sólo se ilumina al abrir una ventana.
Una historia de mentiras, secretos, engaños y falsas apariencias que
pone el dedo en la llaga sobre mitos incuestionables. Un relato
escalofriante que disecciona la hipocresía de la sociedad española
moderna. Una denuncia valiente de los abusos sexuales infantiles, sus
devastadoras consecuencia y su invisibilidad en este mundo bienpensante
nuestro.
Opinión:
Bien, bien y bien. Esta novela es uno de los pocos casos en los que te alegras de haber fundido quince euros de tu monedero en la librería.
Una desaparición que lleva cuatro años sin ser resuelta, dos sospechosos de los que no consiguen pruebas, una madre destrozada, una amiga confusa y un inspector a punto de jubilarse. ¿Cosas que pueden fallar? Todas. ¿Resultado? Perfecto.
Y es que, esta vez, la Maite Carranza que no logró convencerme con El clan de la loba (de hecho lo deje al primer libro de la colección), ha hecho magia y se ha colocado en mi lista de autores favoritos.
Ahora, veamos, ¿puntos a favor? Encontraré muchos.
-He leído en otras reseñas de blogs que el hecho de que los diálogos se mezclasen con la narración de la historia confundía, y que echaban en falta más conversación. Pero yo creo, que a poco que lo leas algo más despacio, se comprende perfectamente. En mi opinión, esta idea es un punto a favor, porque es algo original, nuevo, y ayuda a meterse en esa especie de burbuja de paranoias que es el libro.
-No hay miedo en profundizar en ningún tema. El libro se divide en capítulos en los que la escritora se centra en diferentes personajes, pero solo los de Bárbara se narran en primera persona. Son estos los más emocionantes y terribles a un tiempo, los que el lector más espera, y aquí sí, creo que Maite debería haber abusado algo más de ellos. Volviendo a la primera frase, no hay censura. Ten por seguro que no vas a encontrar una historia superficial, la escritora no tiene reparos a la hora de adentrarse en los sentimientos de los personajes o los recuerdos de los mismos, y las terribles cicatrices que dejan en ellos.
-Otra de mis dudas iniciales era que el resumen de contraportada da a entender ligeramente que la novela va a convertirse en una especie de clase impartida por Supernanny. No, no, no. A pesar de los temas delicados que se tratan, Maite lo hace siempre desde el punto de vista de los personajes, y nunca recalcando de forma literal las muchas enseñanzas que esconde el libro.
En cuanto a puntos en contra, casi no tengo ninguno. Por decir algo, diría que 250 páginas me pareció poco espacio para una historia que daba de sí, y lo que mencioné anteriormente, que me hubiese gustado que se prolongasen un poco más los capítulos de Bárbara, porque cuatro años encerrada dan muchos recuerdos que contar.
Como nota, le pongo un 8,5 de 10, por ser exigente ;)
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